Érase una vez un niño que lo
llamaremos Andrés, al cumplir 17 años su madre le regalo una moto la cual
el anhelaba hace ya muchos años. Tiempo
después cuando Andrés cumplió la mayoría de edad salido a celebrarlo con todos
sus amigos a una finca no muy lejana de la ciudad.
Ya cuando regresaban de
dichosa celebración ocurrió un accidente, Andrés y sus amigos iban tan rápido en
su moto, que no vieron un camión que se acercaba rápidamente cuando ellos
intentaron adelantar un carro y allí ocurrió tan trágico accidente,
inmediatamente llego la ambulancia con los paramédicos pertinentes y estos lo
llevaron rápidamente al hospital, lastimosamente le tuvieron que amputar una
pierna por el fuerte impacto que esta había recibido.
Tiempo después Andrés ya no
salía de su casa, no visitaba a sus amigos, él no hacía nada y prefería
quedarse jugando play en su computador. Su madre al verlo tan destrozado por
dicho accidente decide regalarle una mascota con su misma discapacidad.
Cuando su madre va en busca
de dicha mascota se encuentra a un perro de la calle no de raza fina, escondido
detrás de unos escombros de una construcción, ella lo veía tan solo e indefenso
que decide llamarlo para llevárselo a su hogar sin saber que este tenía la
misma discapacidad de su hijo, cuando el
cachorro se acerca a ella con un poco de timidez ella le brinda cariño y
seguridad y el perro se le lanzo a los brazos y es ahí donde ella se da cuenta
que este tiene la misma discapacidad de su hijo.
Ella inmediatamente se lo
lleva a su hogar sin importarle que este estaba en muy malas condiciones, ella lo
baña y lo arregla para que quede muy bien cuando se lo entregue a su hijo.
Cuando Andrés recibe el
regalo que le dio su madre en una caja de cartón no muy bien decorada este la
abre no con tanto entusiasmo, sin embargo cuando ve al perro lo saca
inmediatamente de dicha caja y se pone a jugar con él y le pone como nombre rufo.
Andrés veía que rufo
caminaba muy extraño y que no se mantenía estable más de 10 a 15 segundos,
cuando Andrés detalla muy bien al animal se da cuenta de que este le faltaba
una pata, el al ver esto ignora al animal inmediatamente y se enoja con su
madre por el mal regalo que según él, ella le había dado, Andrés al ver que
rufo no se le despegaba decide tirarle una pelota que este traía en la caja
para que se alejara y no lo molestara.
Rufo sin embargo regresaba a
él y le mostraba cariño trayendo la pelota para que este se la volviera a
tirar, para rufo este era el mejor juego que le habían hecho en años sin
embargo Andrés lo ignoraba lo más que podía.
Su madre al ver que Andrés depreciaba
e ignoraba mucho al animal por tener su misma discapacidad, decide tener una
charla de madre e hijo para hablar de lo que le sucedía con rufo. Andrés le
dice que no quiere algo que le recuerde lo que le sucedió en el accidente, su
madre sin embargo le dice que tiene que dejar eso atrás y seguir con su vida
con el nuevo integrante de la familia, rufo.
Andrés veía que rufo luchaba
mucho para alcanzar la pelota que le había lanzado y que no se rendía muy
fácilmente, así que este empezó a sonreírle más a rufo y a jugarle más en vez
de ignorarlo.
Inmediatamente Andrés deja a
un lado su juego y sale a dar un paseo con rufo, este al ver que su nuevo dueño
se pone de pie para ir finalmente a jugar con él, se emociona demasiado y corre
rápidamente hacia la salida para cuando Andrés abra la puerta salgan a jugar
juntos al parque que queda frente a su nuevo hogar.
Un año después tras ver la
motivación que le daba rufo de salir adelante sin rendirse, Andrés decide finalmente
ir a la clínica para que le realicen una prótesis y volver a ser el mismo hombre
de antes, pasado dos a tres meses finalmente la clínica decide darle la
prótesis a Andrés pero con la condición que debía ir a terapias para que
pudiera manejar la prótesis con mayor facilidad, Andrés acepta las condiciones
y sale adelante junto a su mascota.
Meses después Andrés y rufo
ahora no se separan para nada, siempre hacen las cosas los dos, ya que este fue
su motivación para salir adelante con su vida y dejar finalmente lo que le paso
en el accidente atrás con su nueva prótesis y saliendo adelante.
Finalmente después de unos
pocos meses, no recuerdo exactamente cuántos, Andrés vuelve a ser el mismo de
antes, volvió a clases, volvió a salir con sus amigos, volvió a ser el niño
feliz y talentoso que era antes de su accidente, pero sin dejar a un lado a su
mascota rufo, ya que como lo dije antes estos dos ahora no se separan para
nada.
“Debemos
querernos y aceptarnos tal y como somos, para de esta manera salir adelante en
cada una de las actividades que nos proponemos realizar”
FIN.
DANIELA
GONZALEZ…
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